Breve historia de la armónica

La armónica pertenece a la familia de los instrumentos de viento o alientos y dentro de esta familia se clasifica como instrumento de lengüeta libre. Sus orígenes datan del año 3000 A.C. en China, donde se tiene registro de un instrumento de lengüeta libre llamado Sheng.

La armónica tiene ciertas particularidades propias que no tienen otros instrumentos, una de ellas es que es el único de los alientos que además de tocar soplando, también se puede tocar aspirando. Otra particularidad es que hay varios tipos de este instrumento cuya diferencia principal entre ellos consiste en la forma en que tienen distribuidas o acomodadas las notas. En un artículo posterior hablaré de los tipos de armónica que existen.

En cuanto a los orígenes de la armónica, no se sabe con exactitud dónde ni quién la inventó y si tuvo o no influencia de los instrumentos orientales.

Hay registros de instrumentos de lengüetas libres inventados en el mundo árabe en el siglo XIII y en el siglo XV en Alemania. Y a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, artesanos, inventores y, sobre todo, constructores de órganos, de Centroeuropa, Escandinavia, Reino Unido, Viena, Estados Unidos y otros países, trabajaban en diseños de instrumentos de lengüeta libre.

Aunque sus verdaderos orígenes son inciertos, se habla constantemente del supuesto inventor de la primera armónica, una historia sólo sustentada por uno de sus descendientes y que ha tomado relevancia con el tiempo y se da por hecho que fue así. Esta historia habla de un joven relojero de nombre Christian Friedrich Ludwig Buschmann (Friedrichroda, Turingia, Alemania, 17 de junio de 1805 – 1 de octubre de 1864), de quien se dice que en 1821, con tan sólo 16 años de edad, inventó un instrumento llamado “Aura” el cual era para afinar pianos, medía 4 pulgadas de largo y tenía 15 lengüetas metálicas únicamente para soplar. Fue patentado un año más tarde. Posteriormente inventó una ampliación de la misma idea denominada “Mundaeoline”. El término “Aura” se usaba entonces en Alemania para referirse también al arpa de boca o mundharfe, llamada jaw harp en inglés o guimbarda en español.

En 1938, un descendiente de Buschmann, Heinrich Buschmann, en su libro llamado “Christian Friedrich Ludwig Buschmann, der Erfinder der Mund – und der Handharmonika”, habla sobre este hecho de ser el inventor de la primera armónica, pero recordemos que para esta época ya se hablaba de la “superioridad” alemana y eran habituales las manipulaciones, tergiversaciones e invenciones históricas de todo tipo, no sólo en música sino en cualquier otra temática. Además, es el propio Friedrich Buschmann el que aclara esta falsa atribución mencionando en 1828, en una carta dirigida a su padre que “recientemente había inventado un instrumento parecido a la armónica”, por lo que es claro que la armónica era un instrumento musical ya conocido por Buschmann.

Otro de los artesanos más antiguos de armónicas fue Christian Messner. A finales de la década de 1820 obtuvo una de estas armónicas de Viena, la reparó y despertó interés en sus colegas, quienes le pidieron que hiciera una y viendo que podía ser un negocio lucrativo se convirtió en el primer fabricante de armónicas en el sudoeste de Alemania.

Los diseños iniciales de Buschmann fueron ampliamente imitados, lo que dio lugar a muchas modificaciones y avances, pero definitivamente el mayor avance fue la inclusión de lengüetas para poder tocar también aspirando; y que al igual que el crédito de la invención de la primera armónica, no se sabe exactamente quién tuvo esta genial idea. Se habla de un fabricante de instrumentos de Bohemia, República Checa, de apellido Richter (cuyo primer nombre se dice que pudo haber sido  Joseph, Anton, Jacob, o ninguno de ellos, entre los años 1826 y 1827.

El punto es que esto fue un avance muy significativo y es el diseño de la armónica diatónica hasta nuestros días. Además de añadir las lengüetas de aspirar, Richter, también fue quien eligió que las notas de la armónica fueran las de la escala diatónica (de ahí su nombre de armónica diatónica) así como la forma de distribuir o acomodar las notas a lo largo de la armónica y que fuera de 10 celdas o agujeros y veinte lengüetas, con placas separadas de soplar y aspirar montadas a cada lado de un peine de cedro. La afinación de Richter, utilizando una escala diatónica, se convirtió en la configuración estándar de lo que los europeos llamaron el Mundharmonika o el órgano bucal y es el diseño como la conocemos hoy en día.

Estos nuevos instrumentos se hicieron muy populares muy rápidamente y varias fábricas se establecieron para satisfacer la demanda de órganos bucales. Los 3 fabricantes más importantes fueron: Christian Messner en Trossingen en 1827. Johann Christian Seydel y Christian August Seydel en Klingenthal en 1847 (actualmente es la fábrica de armónicas más antigua del mundo) y sin duda el más famoso de todos, un relojero alemán de nombre Matthias Hohner quien era un talentoso hombre de negocios que desarrolló técnicas de producción en masa. Compró y logró copiar una de las creaciones de Buschmann. Estableció su negocio en Trossingen en 1857. No era tan bueno para fabricar armónicas por lo que con un poco de espionaje de la Weiss Harmonica Company logró presentar su propio diseño con una apariencia más agradable, adornando sus placas de cubierta y mostrando su marca.

Posteriormente compró muchas de las compañías más pequeñas para monopolizar el mercado. En su primer año, el negocio familiar de Matthias Hohner hizo 650 armónicas. En 1887 estaban haciendo un millón anualmente y en 1920 la cifra había aumentado a 20 millones. Ese mismo año, la producción total en Alemania superó los 50 millones. La guerra civil estadounidense hizo que la armónica fuera muy popular en los Estados Unidos.

Los orígenes de la armónica no están del todo documentados, pero lo cierto es que es uno de los instrumentos más populares y más vendidos, sobre todo la armónica diatónica, esto gracias a 3 factores: 1) La habilidad para los negocios de Mathias Hohner; 2) Las guerras, ya que para los soldados era un instrumento “fácil” de tocar y de llevar a todos lados ; y 3) definitivamente gracias a los negros y al Blues fueron determinantes en su popularidad en el siglo XX y sobre todo en el desarrollo de las técnicas y efectos más importantes para tocar, en particular la armónica diatónica.

Este instrumento se inventó con la finalidad de que fuera fácil de tocar la música de esa región y de esa época para aquellos que no tuvieran conocimientos de música y que incluso no tuvieran la técnica correcta para tocarlo, ya que precisamente el hecho de acomodar las notas en la forma en la que están, fue algo bien planeado para ese propósito: tocar sin conocimientos o al menos con conocimientos muy básicos.

Sin embargo la forma de tocar la armónica fue evolucionando hasta desarrollar técnicas tan complejas y que a pesar de su tamaño, la armónica diatónica es un instrumento tan complejo como cualquiera que requiere mucho estudio y muchísima práctica constante para tener un nivel óptimo ya que con el solo hecho de soplar y aspirar por muy rápido que se haga pero sin la técnica y preparación debida, se podrá aparentar que se está interpretando algo muy complejo porque justamente la afinación de la armónica permite tocar riffs o melodías sin mucha preparación, pero más bien parecerá que se está intentando imitar a un guajolote.